Karla Rodríguez, de 30 años, había estado trabajando para mejorar su crédito y sus finanzas mientras el país seguía recuperándose de la pandemia, en enero de 2021. Pronto descubriría también que estaba embarazada.
Pero los progresos que había hecho hacia un futuro económicamente estable estuvieron a punto de descarrilar cuando recibió una llamada urgente tras un análisis de sangre rutinario.
"Me dijeron: 'En realidad, algo va muy mal. Tienes que ir al hospital más cercano'. Normalmente nunca recibes una llamada así, así que mi marido y un amigo que estaba con nosotros en ese momento fuimos al hospital", recuerda Karla.
Cuando llegó al Martin Luther King Jr. Community Hospital de Los Ángeles, Karla afirma que le dijeron que sus niveles de proteínas eran muy bajos y que podía sufrir un derrame cerebral o problemas cardíacos relacionados.
En todo momento, Karla dijo que se sentía bien físicamente. Tras más análisis de sangre y un seguimiento de los síntomas, le dieron el visto bueno para irse a casa.
"No sé si fue un error por parte de alguien o qué ocurrió, pero la verdad es que fue una visita que podría haberse evitado por completo", afirma Karla. El coste de acudir corriendo al hospital aquella noche lluviosa ascendió a 2.000 dólares.
Karla estaba en paro, y por tanto sin seguro, cuando recibió la factura médica. Tenía otros gastos a los que dar prioridad y se sintió abrumada.
"En aquel momento estaba embarazada, así que no creí que pudiera pagarlo", explica.
En Estados Unidos, los gastos de embarazo y parto ascienden por término medio a un total de 18.865 dólares, y el desembolso medio totaliza 2.854 dólares, según un estudio de la Fundación Kaiser Famly.
Meses después de que le facturaran los análisis de sangre y temiendo que la nueva deuda repercutiera en sus finanzas, Karla contó que se enteró de la existencia de Dollar For a través de una publicación de Instagram Instagram. Sin embargo, como no estaba segura de cuánta ayuda podría obtener, dijo que se demoró en ponerse en contacto con Dollar For y el hospital.
No fue hasta 2022 cuando Karla supo que no podía seguir posponiendo hacer algo con su factura. "Cuando empecé a recibir esas notificaciones de 'Su factura va a pasar a cobranza', fue cuando me volví un poco más proactiva. Empecé a ponerme en contacto con las personas que me dijeron que podían ayudarme y fueron muy amables", dijo Karla.
Volvió a presentar su solicitud con Dollar For en agosto de 2022. Tres meses después, se le había condonado la totalidad de la factura.
Karla es ahora madre primeriza y asistente jurídica en un bufete de Los Ángeles. Dice que su marido y ella se han intercambiado los papeles: él se queda en casa y ella sigue ahorrando para la familia.
"Aunque el hospital tardó mucho tiempo en aprobar y finalizar el proceso, en general mereció la pena", dice Karla sobre la ayuda que pidió a Dollar For . "Al fin y al cabo, nadie te devuelve 2.000 dólares", añadió.